Pasta carbonara vegana

Pasta. ¿Ya tenemos vuestra atención? Bien, porque os traemos una receta espectacular de pasta. No probaba la carbonara desde que dejé de ...


Pasta. ¿Ya tenemos vuestra atención? Bien, porque os traemos una receta espectacular de pasta. No probaba la carbonara desde que dejé de comer carne y no se cómo no se me había ocurrido buscarla antes. El caso, que la he probado hoy y ha quedado buenísima. La receta original es de Nutrición Esencial, yo la he modificado un poco porque es con seitán y yo he usado setas (se que el seitán a mi familia no les iba a gustar).

Ingredientes (para tres personas):
-350 gr de espaguetis o tallarines
-250 ml de nata vegetal
-1 ó 2 dientes de ajo
-1 cebolla
-Setas (no tengo ni idea de cuánto he usado pero creo que cerca de 300 gr)
-150 ml de caldo de verduras
-Sal y pimienta
-Aceite de oliva
-Perejil fresco


Elaboración

1.  Cortar el ajo en láminas y las setas en trozos más finas. Freír y dejar que se cocinen a fuego medio, cuando estén listos, apartar del fuego y reservar para más tarde.




2. Picar la cebolla muy fina y sofreír.
3. Añadir el ajo, la cebolla y la nata a las setas, y dejar que se cocine un poco.
4. Agregar el caldo de verduras y dejar que se vaya espesando a fuego lento (entre 7 y 10 minutos), pero depende de como de líquida os guste la salsa. En este punto yo le he puesto un pelín de canela en polvo por probar.


5. Agregar la pasta a la salsa.


6. Dejar que los tallarines cojan sabor y añadirle un poco de perejil fresco picado para decorar y servir.

Ha sido todo un éxito la verdad, no me esperaba que quedase tan rica. Muy cremosa y mucho sabor. Contadnos si la probáis o si conocéis otras formas de hacer este tipo de pasta y ¡contadnos qué tal os ha quedado!




Alicia


Tortilla de patata vegana

¿A quién no le gusta la tortilla de patatas? Yo todavía no conozco a nadie. Es uno de los platos que más me gustan de la gastronomía espa...


¿A quién no le gusta la tortilla de patatas? Yo todavía no conozco a nadie. Es uno de los platos que más me gustan de la gastronomía española y me daba pena no poder disfrutarla más. Por eso investigué un poco, y encontré una receta totalmente libre de productos animales en el blog Danza de Fogones, decidí probarla. Lo intenté hace tiempo, pero esa fue la versión beta. Esta me ha quedado mucho mejor, aunque creo que un poco seca. Pero bueno, de eso se trata ¿no? De seguir cocinando y probando. Es muchísimo más fácil de lo que parece.

Esto es lo que necesitáis:

  • -Patatas (yo he usado 3 grandes)
  • -Cebolla (yo he usado una mediana)
  • -Harina de garbanzo
  • -Agua
  • -Aceite de oliva

Método:

1. Esto es sencillo. Como una tortilla de patatas normal. Pelar las patatas, lavarlas y cortarlas en finas rodajas. Cortar la cebolla en juliana. Luego, en una sartén, echar un buen chorro de aceite, y poner a freír la cebolla y las patatas, y salpimentar. Dejar que se haga unos 20 minutos o hasta que las patatas estén más o menos blanditas, removiendo de vez en cuando para que no se peguen a la sartén.

2. Mientras se fríen, en un bol echar unas 8 cucharadas de harina de garbanzo, y el doble de agua. Mezclar muy, muy bien hasta crear una mezcla homogénea y echar un pelín de sal.  Cuando ya esté, añadir también las patatas y la cebolla y remover bien.




3. En la misma sartén, añadir la mezcla con las patatas, dejar que se cuaje unos 5 minutos, y darle la vuelta con un plato y repetir con el otro lado.

Voi-là!



Esta vez me ha quedado mucho mejor, aunque un poco seca por lo que creo que la próxima vez usaré menos harina creo... De todas formas, está muy rica, y no tiene nada que envidiarle a la tradicional.

¡Espero que os guste!





Alicia


Tarta de zanahoria vegana

Seamos sinceros, a todos nos gusta la zanahoria, es tan versátil como única, y nosotras tenemos claro que nuestra forma favorita de comerla ...

Seamos sinceros, a todos nos gusta la zanahoria, es tan versátil como única, y nosotras tenemos claro que nuestra forma favorita de comerla es en tarta, por eso vamos a dejaros la receta de la clásica carrot cake en versión vegana.

Necesitaréis lo siguiente:



Instrucciones:
1. En un bol grande se tamiza la harina con la levadura. Luego se mezcla con el azúcar, la sal y la canela y se remueve bien para que quede homogéneo. Se deja a parte para usarlo más adelante.

2. Se pelan y se rallan las zanahorias.


3. Precalentar el horno

4. Cuando ya estén todas ralladas, incorporamos al bol grande el aceite (yo he usado de oliva porque no tenía de girasol), el agua, la vainilla, las nueces troceadas y las zanahorias. Se remueve todo, asegurándonos de no dejar grumos de harina. Yo he removido con una cuchara normal, pero si no os gustan los trozos de la zanahoria o nueces, se puede hacer con la batidora o minipimer.

5. Verter la mezcla en un molde para horno al que hemos untado un poco de aceite para que no se quede pegado, y hornear durante una hora a 180º o hasta comprobar que está hecho por el centro. Y voi-là!




Está la opción de hacer el glaseado que lleva por encima, pero yo he preferido no hacerlo (no encontré azúcar glas en el super), pero necesitaríais zumo de naranja (100ml) y azúcar glas (250gr). Mezclándolo todo y pintando el bizcocho por arriba.
Contadnos si lo habéis hecho, la verdad es que es una de mis favoritas y no se tarda nada ¡Esperemos que os haya gustado!


Alicia

Feria Gastrovegana + Exposición animalista Representación, Violencias y Respuestas

Hace unas semanas Alicia, un amigo y yo estuvimos en la exposición ANIMALISTA - Representación, Violencias y Respuestas de Capital Animal ...

Hace unas semanas Alicia, un amigo y yo estuvimos en la exposición ANIMALISTA - Representación, Violencias y Respuestas de Capital Animal que podéis visitar en La Casa Encendida hasta el 12 de junio. Hay tres salas completamente diferentes que visitar. En una de ellas, hay una exposición de distintas imágenes (dibujos y fotografías) de animales, la mayoría de ellas simplemente muestran la belleza de los animales, aunque hay alguna más critica.
 
Justo enfrente se encuentra otra sala bastante más bestia, con ilustraciones muy críticas, vídeos muy, muy duros (pueden herir tu sensibilidad) y otros objetos, todos ellos centrados en una crítica contra la industria cárnica. No quiero extenderme demasiado en describir esta parte de la exposición porque hay que verla con tus ojos. Las palabras nunca van a mostrar la crueldad de lo que se ve en esa sala. Así que os dejo con el misterio y, si algo os mueve por dentro, lo descubriréis por vosotros mismos.
 
En mitad de estas dos salas hay unas gafas de realidad virtual de Igualdad Animal que te transportan a un matadero. Ni me acerqué. Ya lo había pasado suficientemente mal con los vídeos de la sala como para colocarme esas gafas. Sé que, en cierto modo, es cerrar los ojos a la realidad, pero era superior a mí. No podía. En este link podéis leer un poco al respecto y ver un vídeo de la experiencia de Angy mientras "está" en el matadero.
 
La tercera sala es algo más interactiva, y te hace reflexionar. Aparte de encontrarte con un montón de panfletos informativos y algunos libros (infantiles y para adultos) que se pueden consultar, hay distintos objetos por las paredes con los que interactuar. También hay una recopilación inmensa de ilustraciones críticas, a cada cual de ellas más impresionante, que merece la pena ver.
 
 
Como veis, esta reseña está algo simplificada, porque como os decía, no son las palabras lo que cuentan, sino lo que verán vuestros ojos.
 
Y pasando a algo más animado, el fin de semana pasado organizaron en La Casa Encendida, dentro de todas estas actividades de Capital Animal, una Feria Gastrovegana. Nos pasamos por allí el domingo por la mañana con nuestros amigos de Masticando Madrid y... ¡menudo acierto! Yo no soy vegetariana, aunque pretendo reducir mi consumo de productos de procedencia animal lo máximo posible, como ya he comentado más veces, y esta feria fue un gran empujón a mis escepticismos. El queso vegano... ¡sabe a queso! El queso es una de mis debilidades, y es algo que siempre he pensado que me sería imposible dejar, pero en una de las degustaciones de Veggie Room probé un queso vegano tipo mozarella impresionante. De verdad, no es que sea pasable... ¡es que estaba buenísimo! Y además era sin gluten.
 
 
Los chorizos veganos no los pude probar porque tenían gluten, aunque las simpatiquísimas chicas de Veggie Room me comentaron que uno de los que tenían en la tienda sí era sin gluten, pero no lo habían traído, así que me pasaré uno de estos días para ver qué tal está. Los que sí lo probaron dicen que el sabor no estaba tan logrado como el del queso, pero también estaba bastante bueno.
 
Por otra parte, en el stand de Planeta Vegano probé unas salchichas veganas que sabían a pavo... y tampoco pude resistirme a comprarlas. Y no puede faltar la mención a Mamá Kokore. No hay unas mujeres más amables que ellas, y sus postres son de otro mundo. Me pasé a por unas trufas (que a mi madre y a mí nos encantan), ya que la semana anterior fui a la tienda pero se les habían agotado... ¡y me las tenían reservadas! Son detalles y gestos como estos los que hacen que tengas una fidelidad mayor a un negocio, y la verdad es que es una maravilla tener una tienda con todos los productos sin gluten y veganos. ¡El paraíso de los celíacos!
 
 
Aunque la feria estaba en un espacio chiquitito, y había pocos puestos en comparación con lo que sueles encontrar en las ferias del Ifema... fueron muy buenos los descubrimientos, y empiezo a plantearme que quizá no sea tan difícil una dieta (al menos) en gran parte vegetariana siendo celíaco. Hay muchos productos sustitutivos que son aptos para celíacos, y aunque muchos otros son con trigo, avena o cebada, solamente hay que buscar.
 
Durante este mes todavía hay más eventos dentro de todo este activismo cultural de Capital Animal, así que si nos encontramos con algo interesante, os lo contaremos también en el blog.
 
 
Hasta pronto,
Ester.

Mi experiencia con la máscara de pestañas de Sante

Mientras que la experiencia con los eye liners ecológicos ha sido desastrosa, la de la máscara de pestañas ha sido completamente diferen...


Mientras que la experiencia con los eye liners ecológicos ha sido desastrosa, la de la máscara de pestañas ha sido completamente diferente. No soy ninguna experta del maquillaje y, de hecho, suelo utilizar únicamente eye liner y máscara, pero esta vez no he notado ninguna diferente entre la marca comercial con químicos que utilizaba antes y esta ecológica de Sante. Y ahí está lo interesante. No se trata de encontrar un producto con mejores resultados, ya que la mayor ventaja de estos productos de maquillaje ecológicos radica en su beneficio para la salud, al no estar compuestos de diversas sustancias perjudiciales para el organismo. Por eso, repito, lo ideal es encontrar un producto sustitutivo, ya que la mejora está en estos factores y, para mí, esta máscara cumple perfectamente con lo que busco para un maquillaje sencillo y natural.
Estoy satisfecha tanto con la comodidad del cepillo como con el resultado. La tinta no suele apelmazarse ni tampoco deja un resultado muy sobrecargado. Eso sí, si lo que estáis buscando son unas pestañas de aquí a Australia, éste no es vuestro producto, ya que va en la línea de un resultado mucho más natural y discreto.
 
Mi primer contacto con el maquillaje ecológico fue con esta máscara de pestañas hace más de un año, y después vino el desastre de los eyeliners, así que cuando se me gaste este producto me va a dar un poco de reparo comprar otro porque tengo la sensación de que tuve un golpe de suerte que no se va a volver a repetir. Pero creo que no me la jugaré y recurriré a Santé en vez de probar otras marcas, porque esta nunca me ha decepcionado, a no ser que haya una diferencia muy grande de precio que me haga pensar que merece la pena el riesgo.
Lo que sí que tengo claro es que no voy a volver a las marcas tradicionales, principalmente porque más allá de mi aspecto me preocupa mi salud. Sigo utilizando muchos productos con químicos porque una vida 100% eco es muy cara y no me la puedo permitir, pero si en este campo he dado ya el paso, me parece absurdo volver atrás.
Así que seguiré probando, experimentando y contándoos mis sensaciones con los productos ecológicos que descubra.
 
¿Vosotras qué máscara de pestañas utilizáis?
 
Ester.

La cara oculta de la leche de vaca

Ésta es una entrada un poco especial.. y es que no nos atrevíamos a hacerla porque sabemos que va a despertar opiniones muy diferentes, per...

Ésta es una entrada un poco especial.. y es que no nos atrevíamos a hacerla porque sabemos que va a despertar opiniones muy diferentes, pero nos hemos armado de valor e información y aquí está. Dado que ninguna de las dos toma leche de vaca y cada día intentamos reducir el consumo de derivados, nos ha parecido necesario.

 Lo primero de todo es decir que yo no he estudiado dietética ni medicina, y lo que sé lo sé por lo que he visto o leído en distintas fuentes. Es una decisión personal y no quiero que nadie se sienta ofendido o atacado.
Banco de imágenes Pixabay
Bien. La leche de vaca es un alimento que, aparentemente, es básico para nuestro crecimiento, que aporta calcio y nutrientes indispensables para llevar una vida sana. Todos los días las grandes lecheras nos lo muestran en sus anuncios con su nueva leche con Omega3 o más calcio y menos grasa que la anterior. Todo esto está muy bien, sin embargo si indagas un poquito, no hace falta haber estudiado nutrición para darse cuenta de que la leche de vaca es bastante inútil, de hecho es perjudicial ¿¿Pero cómo?? Para empezar el ser humano es el único animal que sigue consumiendo leche después del periodo de lactancia, y también es el único que consume la leche de otro animal. Y es que la Madre Naturaleza no es tonta, y sabe lo que cada especie de mamífero necesita para sobrevivir como lactante, por lo que es muy normal desarrollar una intolerancia a la lactosa ya que tiene ciertas proteínas, como la caseína, que está pensada para los becerros y que resulta muy difícil digerir para un humano adulto.

Hay distintos estudios* que demuestran que no es tan sana como dicen. Por ejemplo, Estados Unidos es el mayor consumidor de leche de vaca y sin embargo también es el país con más índice de osteoporosis... Sospechoso. Otros estudios muestran que con la ingesta de 75 gramos de proteína de leche al día se pierde calcio, y la cantidad de fósforo que tiene la leche de vaca acidifica el organismo. Por supuesto, la leche directamente de la vaca no podemos tomarla, por lo que se procesa muchísimo antes de ser vendida en los supermercados, lo que hace que contenga más químicos y cosas que no te gustaría meter en tu cuerpo. Todo esto está a un click en Google.

Foto: Igualdad Animal
Por otro lado tenemos la enorme demanda de productos lácteos. Es tan grande que resulta imposible hacerlo de manera sostenible. No niego la existencia de pequeñas granjas familiares orgánicas, en cuyo caso es el granjero quien se encarga de ordeñar y buscan los mejores cuidados para los animales. Sin embargo, las grandes empresas lecheras no se pueden permitir esto, porque no alcanzarían los niveles de demanda y además perderían dinero ¿Qué ocurre? Meten demasiadas vacas en espacios demasiado pequeños, lo que causa un nivel de estrés muy grande en ellas. Otro factor es el hecho de que para dar leche hay que estar preñada (¡sorpresa!), por lo que se las insemina a la fuerza y en cuanto paren, el ternero es alejado de la madre y, si es hembra seguirá su mismo destino, si es macho, se usará para la industria cárnica. La madre sigue dando leche durante unos 10 meses, y después se la vuelve a inseminar y se repite el proceso. Para poder alcanzar esta demanda, se las ordeña de forma automática, incluso varias veces al día, lo que puede producir mastitis en las mamas, por lo que la sangre y pus también van al cubo. Se las droga con antibióticos, hormonas y tranquilizantes y todo esto acaba en la leche. Una vez la vaca ya no da más, se la lleva al matadero.

Según la ONG Anima Naturalis, la producción de leche en una granja familiar está entre los 2.500 y los 4.000 litros. Sin embargo en una explotación industrial suelen producir unos 6.000 litros al año. Además, una vaca lechera  en el campo puede vivir hasta los 20 años, sin embargo, si se la destina a la producción masiva de leche apenas vive unos 5 o 6 años.

Las alternativas a la leche de vaca cada vez abundan más y se pueden encontrar en cualquier supermercado a precios asequibles. Desde la soja al coco, arroz o almendras y muchas más. No cuesta mucho informarse, y probarlas. La única manera de que baje la producción industrial es que baje la demanda. Además, las alternativas están buenísimas, y son muy sanas. Si queréis os contamos en otra entrada algunas de sus propiedades. Y así dejamos la leche de vaca para los terneros.

¿Y vosotros? ¿Cuál es vuestra alternativa favorita?

Hasta la próxima,

Alicia




* Fuentes:

-Anima Naturalis 
-Bio Manantial 
-Igualdad Animal
-Anima Naturalis
-Pediatrica
-El Comercio

Maquillaje ecológico: eyeliners desastrosos de Benecos y Neobio

Al igual que en la entrada de la henna ecológica o en la de la pasta de dientes ecológica he hablado de lo mucho que me han encantado est...

Al igual que en la entrada de la henna ecológica o en la de la pasta de dientes ecológica he hablado de lo mucho que me han encantado estos productos, esta vez traigo malas noticias en cuanto a los eyeliners ecológicos que he probado. Supongo que es cuestión de experimentar y que esta vez he tenido mala suerte, así que a partir de ahora buscaré reseñas en internet antes de comprarme otro, pero quiero aportar mi granito de arena aconsejándoos qué eyeliners no os deberíais comprar y por qué.



Mi primera adquisición (un regalo de cumpleaños que pedí) fue este eyeliner de Benecos, que en su momento costó 7,75€, lo cual me parecía bastante apropiado para ser un producto ecológico. Tardé bastantes meses en estrenarlo, porque quería gastar el anterior que tenía, pero no creo que eso justifique lo que pasó. Nada más poner el pincel en contacto con mi piel, se partió la punta y me quedé sin eyeliner. Así de fácil. Había pasado demasiado tiempo como para reclamar a la tienda, y además no tenía ni el ticket, así que me fastidió bastante. Quise ir a comprarme otro, pero al final se encargó Alicia de ello porque le pillaba de camino la tienda (la misma en la que yo lo había comprado la vez anterior). Los dependientes fueron muy amables y cuando Alicia les comentó lo que me había pasado, le dijeron que la próxima vez fuera a cambiarlo si ocurría algo similar (aunque como digo, después de tantos meses no creo que fuese viable), y antes de que lo comprara, comprobaron que el nuevo funcionaba bien. Aún así, después de mi experiencia no me ofrecía mucha confianza, así que yo me quedé con este otro de Neobio (que costaba 7,95€), y Alicia con el de Benecos.

La punta del eyeliner de Benecos de Alicia no se ha roto, por suerte. Aunque no son tan buenas noticias, porque sigue siendo malo ya que está completamente tieso. Además, la tinta está como aguada y no es nada negra, por lo que intentar maquillarte con este eyeliner es todo un reto. Teniendo en cuenta las dos malas experiencias seguidas con el mismo eyeliner, creo que no es cosa de que el producto haya venido mal de fábrica, sino que es así de malo por naturaleza.



Por mi parte, el eyeliner de Neobio (que además es vegano y sin gluten) tiene una tinta normal, pero no se puede aplicar bien porque el pincel es desastroso. Aparte de arañarte la piel, cuando intentas aplicar la tinta se lleva la mitad por el camino y tienes que tirarte media hora para poder maquillarte de forma decente. Lo gastaré porque, en línea con nuestra última entrada, no me gusta tirar cosas que aún pueden utilizarse (aunque sea muy malamente), pero la próxima vez haré un estudio de mercado en profundidad para no volver a tirar el dinero.

Así que si alguien ha utilizado un eyeliner ecológico decente... ¡son más que bienvenidas vuestras sugerencias! Y si lo encuentro yo, os traeré una reseña más positiva que esta.

Feliz semana,
Ester.