Ventajas e inconvenientes de la pasta de dientes ecológica

Después de un parón bastante largo por falta de tiempo y otras circunstancias... ¡Consumo al Natural vuelve a estar en activo! Aún tenemos pendientes algunas entradas como la visita a Viva Burger, la entrada sobre las algas o alguna receta que nos han recomendado, pero hicimos una encuesta por Twitter y ganó la entrada sobre productos ecológicos, así que vosotr@s mandáis...

Hace unos meses, mis hermanos empezaron a utilizar pasta de dientes ecológica, porque la normal tiene un montón de productos químicos que, como cualquier persona puede deducir, no es que sean muy buenos para la salud. Además, muchos de los ingredientes son también cancerígenos, y teniendo en cuenta que es un producto que utilizamos varias veces al día, conviene ser un poco conscientes de lo que introducimos a nuestro organismo. Yo decidí esperar a gastar los botes que ya tenía de pasta normal, en parte porque había probado la suya y, siendo sinceros, no me convencía nada.

Mis hermanos se compraron la pasta dentífrica salina de Weleda, especial para reducir el sarro. Es una especie de gel marrón que sabe básicamente a sal. No hace espuma porque son estos productos químicos los que principalmente la producen, pero no es necesaria para una buena limpieza. Aún así, todo se me hizo muy extraño con esta pasta ya que era como cepillarte con sal, y la sensación no era precisamente agradable, así que al final, entre unas cosas y otras, pospuse la "transición" a la pasta de dientes ecológica.

Sin embargo, hace una semana gasté la pasta de dientes de toda la vida y me dije que lo importante era mi salud y, además, no todas las pastas ecológicas tenían que ser iguales. De hecho, no era que esta supiera a sal porque no quedaba otra, sino que era específicamente su sabor. Si otra se anunciaba como "menta", tendría que saber a menta, ¿no?

Dispuesta a probar otras opciones, me fui a una tienda ecológica (donde además encontré salsa de soja sin gluten, y pude completar la receta de estas hamburguesas veganas) y me puse a mirar las pastas de dientes ecológicas. Mi primera reacción al ver los precios fue darme la vuelta y salir de la tienda, pero respiré hondo un par de veces y me dije que ya sabía que iba a ser cara. La pasta salina de Weleda costaba 6 euros y pico. Por 75 ml. Como había tenido una mala experiencia con esta marca, eché un vistazo a otras y descubrí Urtekram, que además tenía unos precios más baratos. Después del shock inicial de los más de 6 euros, ver 4,50 me pareció un precio razonable (tengamos en cuenta que estos precios pueden variar según las tiendas, pero así os podéis hacer una idea aproximada de lo que os vais a gastar). Aparte de las pastas de dientes infantiles (estuve a punto de comprar una con sabor "tuttifrutti"), había dos sabores: Eucalipto y árbol del té. He visto en su web que también tienen una de menta y té verde, y me habría decidido por esta última pero no estaba disponible en la tienda en la que la compré. Al principio me llamó la atención la de árbol del té, pero como era mi primera experiencia y no sabía qué sabor esperar de ella, preferí no arriesgarme e ir a un clásico eucalipto.

Después de probar la de Weleda, ésta es un paraíso. No es comparable a lo que estamos acostumbrados con las tradicionales pastas de dientes, pero al fin y al cabo éstas tienen sabores muy artificiales. La pasta de eucalipto de Urtekram hace una ligera espuma que es más bien líquida, y tiene un sabor a eucalipto suave y natural, por lo que esta vez la sensación sí es agradable. Además es vegana y cruelty-free. Al final acerté con la compra. Estoy segura de que se pueden encontrar distintos sabores y texturas adaptadas a los gustos de cada uno, porque con las dos que he probado, la experiencia ha sido muy, muy distinta, y hay mil opciones más; así que todo es cuestión de probar.

Es cierto que comprar exclusivamente productos ecológicos no está al alcance de todos los bolsillos, y yo con el sueldo de las prácticas no es que me sobre dinero, pero todo pequeño gesto ya tiene una repercusión. Utilizo maquillaje ecológico, y de vez en cuando también champú ecológico, y ahora he introducido la pasta ya que, aunque sean productos caros, es algo que (excepto el maquillaje) utilizo con mucha frecuencia. El tema de la alimentación es más complicado porque lograr que toda tu cesta de la compra sea ecológica es muy caro, y además son mis padres quienes se encargan. También está algo que me fastidia un poco de los productos ecológicos, y es que en muchas ocasiones es difícil encontrar alimentos "sin gluten" incluso en los que por naturaleza no lo llevan. El tema de las trazas parece que no se controla mucho aún, y por ejemplo el tofu también suele llevar gluten en casi todas las marcas, así que prefiero cambiar estos productos que por el momento no me dan problemas, e ir haciendo una transición poco a poco a un consumo más sano y natural.

¿Habéis tenido vosotr@s alguna experiencia con pastas de dientes ecológicas? ¡Nos leemos pronto!

Ester